se la mamo a su vecino negro
Desde que el marido se fue de casa, esta rubia madurita andaba caliente y deseosa de tener a alguien entre sus piernas. Su principal objetivo era el hijo de su vecino, un chico negro ya adulto, soltero y del que conocía por otras vecinas que tenía un rabo enorme. Esta mañana, cuando ha salido al jardín a tomar el sol, se lo ha encontrado llenando la piscina y no ha dudado en proponerle echar un polvo. Nada más verle el tamaño del miembro se ha arrepentido y ha pensado que por el momento se conformaría con hacerle una mamada.